Además de provocar una gran devastación en flora y fauna, los incendios forestales también pueden llegar a afectar la salud de la población que se ve expuesta al humo que estos generan.
La química, Fabiola García Álvarez, recomendó a los habitantes de zonas cercanas al lugar donde hay incendios activos, que se protejan de las vías respiratorias para evitar intoxicaciones, de igual modo a las personas que como voluntarios realizan tareas para apagar el fuego.
El humo resultante de una quema puede viajar hasta varios kilómetros de distancia, empeorando la calidad del aire. “Los contaminantes tóxicos o las emisiones generadas por el incendio quedan atrapados en la atmósfera», y esto dijo, se debe tomar en cuenta.