El director del ISSSTE, Antonio Alonso Tzinzun, redundó y cayó en una serie de contradicciones al ser cuestionado sobre los motivos por los que se les niega la prueba a los derechos habientes en el módulo de atención COVID, al acudir de tres a cinco días de haber iniciado los síntomas.
Explicó que, el médico a cargo del módulo es el único que puede determinar si el paciente es susceptible de que se le haga la prueba, para ello tiene que presentar la sintomatología.
Afirmó que una vez que se contrae la enfermedad, el periodo de infección o propagación del virus es solamente de cinco días, pasado ese tiempo ya no representa un riesgo.
Sin embargo, los derechohabientes viven un peregrinar al presentar el cuadro clínico de COVID, ya que no son recibidos en el área de consulta, ni en urgencias, sino que son enviados al módulo, donde el encargado José Luis Contreras, de manera prepotente y agresiva, les niega el servicio y si los ve graves, los envía a urgencias para repetir el patrón, igual que las declaraciones del doctor Tzinzun.