Este 18 de junio se cumple un año de la implosión del submarino Titan: uno de los accidentes que han marcado a la comunidad marítima y entre los entusiastas de la exploración submarina.
Hace exactamente un año el submarino Titan, diseñado para misiones de investigación de hasta 4 mil metros de profundidad, se vio envuelto en un accidente catastrófico que resultó en su pérdida total y la trágica muerte de sus tripulantes. El suceso conmocionó al mundo debido a que los involucrados en la expedición reportaban un descenso minutos antes explosionar.
Cuando se informó que se había retrasado esa tarde, los rescatistas se apresuraron a enviar barcos, aviones y otros equipos a la zona, a unos 700 kilómetros al sur de St. John’s, Terranova.
Los cinco tripulantes murieron: Stockton Rush, operador de Titan, dos miembros de una prominente familia paquistaní, Shahzada Dawood y su hijo Suleman Dawood; el aventurero británico Hamish Harding; y el experto en el Titanic Paul-Henri Nargeolet.
¿Qué ocurrió?
El incidente ocurrió durante una expedic privada para ver de Cerca los restos de Titanic, conocida por ser el punto más profundo de los océanos. Titan, un submarino experimental de última generación operado por Ocean Exploration & Research (OER), estaba llevando a cabo estudios de biología marina y geología en las profundidades abisales cuando, según los informes preliminares de la investigación, ocurrió una falla crítica en el casco presurizado del submarino.
Las autoridades marítimas, junto con expertos en ingeniería naval y seguridad submarina, concluyeron que la «implosión catastrófica»fue causada por una combinación de factores, incluidos posibles defectos estructurales en el diseño del casco y condiciones extremas de presión en las profundidades a las que operaba Titan.
La implosión del Titan provocó un intenso debate sobre los estándares de seguridad en la exploración submarina y ha llevado a un escrutinio más riguroso de los protocolos de diseño y operación de estos vehículos especializados.
Las autoridades pertinentes, como la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) y la Agencia Internacional de Energía Submarina (ISA), emitieron declaraciones expresando sus condolencias a las familias de los tripulantes fallecidos y reafirmando su compromiso con la seguridad y la mejora continua de las tecnologías submarinas.
Además, se han llevado a cabo investigaciones exhaustivas para determinar las causas exactas del colapso del Titan y para evitar que incidentes similares ocurran en el futuro.
Más exploraciones
A pesar del accidente del Titan provocó que otras empresas y organizaciones a redoblar sus esfuerzos en la investigación y desarrollo de tecnologías que permitan explorar de manera segura las profundidades oceánicas.
Empresas como Deep Sea Explorations y Blue Horizon Expeditions han anunciado planes para lanzar nuevas misiones de búsqueda en la Fosa de las Marianas, con el objetivo de localizar y estudiar los restos del Titan y avanzar en el conocimiento científico de estas regiones inexploradas.
Ha sido un deseo de la comunidad científica bajar al océano”, dijo Greg Stone en su momento. “No he notado ninguna diferencia en el deseo de ir al océano, explorar”.
Estás empresas han asegurado que la búsqueda de los restos del Titan representan un desafío técnico significativo, pero también también una oportunidad para honrar la memoria de los valientes exploradores que perdieron sus vidas en el cumplimiento de su misión científica.
La recuperación de los restos del submarino y la investigación de los datos recopilados durante su última misión podrían arrojar luz sobre los eventos finales antes de la implosión y proporcionar lecciones cruciales para la mejora continua de la seguridad submarina.
Además de las iniciativas privadas, agencias gubernamentales como la NOAA y el Instituto de Investigación del Agua Profunda de Japón (JAMSTEC) han expresado interés en colaborar en proyectos de investigación conjunta para explorar y preservar sitios de importancia histórica y científica en el fondo del mar.